viernes, 11 de noviembre de 2011

4ª b entrega tesina "mito y metapsicología"

LA PULSION
Da cuenta de aquello que subyace en el sujeto, aquello que se encuentra estrecha e íntimamente ligado con aquello denominado comportamiento, u actuar; y con lo que Freud denominó inconsciente. Es en cierta medida, lo que pulsa, la fuerza que mueve al ser, alimentada en el caldo del inconsciente.
En tanto es considerada pilar donde descansa el edificio que irá construyendo, es un sistema mítico, en el sentido que se planteo en páginas anteriores: marca inicial y por tanto inasible de forma cabal, y al mismo tiempo organizativa y cohesionante. Si la enunciación que hace Freud en un principio acerca de la existencia de un inconsciente que domina al individuo resultó una declaración que cimbró el campo del pensamiento científico, la arquitectura del concepto de la pulsión viene a hacer explotar nuevamente las ideas acerca de la conceptualización del sujeto; el efecto producido es tan controvertido que aún a la fecha es un terreno difícil, en el que confluyen opiniones encontradas.
La pulsión concebida como la parte más mítica del constructo metapsicológico en tanto resulta un concepto de difícil aprehensión, concepto límite y anoticiándose de esta solamente mediante los representantes-representativos de esta, casi en el mismo sentido de que se puede dar cuenta del funcionamiento del inconsciente, mediante los lapsus, los olvidos y los aparentes equívocos.
“Como Freud le escribe a Einstein: «Tal vez tenga usted la impresión de que nuestras teorías son una especie de mitología». Eso no significa que la pulsión sea una creencia fantasiosa, sino que ella es lo que, convencionalmente, nombra al origen. Exigencia epistemológica básica: ¿Pero es que toda ciencia natural no parte acaso de una especie semejante de mitología?”
Reconocida como categoría teórica, es definida por Freud como:
“El concepto fronterizo de lo somático respecto de lo anímico, como un representante psíquico de los estímulos que provienen del interior del cuerpo y alcanzan el alma, como una medida de la exigencia del que es impuesta a lo anímico a consecuencia de su trabazón con lo corporal”;
La construcción del concepto de pulsión remite a nociones más bien ambivalentes en tanto la definición misma de la palabra Trieb resulta de difícil aprehensión ya que sus significados son variados y no logra dar cuenta completamente de su significación, salvo en la esencia misma, que es la idea de movimiento, de energía y de crecimiento :
“La palabra puede en efecto significar varias cosas: instinto, inclinación, tendencia, pero también, por extensión, una manada; en botánica, un brote o un retoño. El compuesto Triebkraft, significa fuerza motriz, mientras que Triebstoff es un carburante y Triebwerk, un mecanismo. La palabra entra incluso en términos compuestos de relojería para significar un piñón, un pivote. El verbo treiben, del que deriva Trieb, puede ser transitivo y significar: empujar, expulsar frente a sí, conducir, pero también “ocuparse de”, “librarse a” hundir, moldear, accionar, hacer crecer (una planta). Intransitivo, significa “ir a la deriva”, flotar, crecer (en el sentido de vegetal), fermentar. El sustantivo Trieben indica tanto una ocupación, una actividad.”
Resulta además interesante considerar la connotación biológica del término, en tanto Freud utiliza Trieb si para dar cuenta de la energía que opera en el interior del aparato psíquico, como esencia de éste, y al mismo tiempo pretende desde ahí unirse con la biología propia del sujeto, como sujetando las dos aristas del dilema mente-cuerpo –ciencia-filosofía- Sin embargo, vale la pena hacer la distinción entre la fisiología y la biología, tal y como lo plantea Scarfone:
“lo fisiológico es del orden del mecanismo estrictamente neurológico, incluso físico-químico, mientras que el campo biológico, más vasto, toma en consideración todo lo que concierne a lo vivo, lo neurofisiológico y lo psíquico incluidos”
Por otro lado, es de manera metafórica como puede dar cuenta de la existencia de tal fuerza, en tanto únicamente es posible un acercamiento parcial, un rodeo si se quiere, al concepto desde la palabra misma.
Así las cosas, la definición como concepto límite va quedando más clara, por lo menos en la estructuración del edificio teórico, no así en el desarrollo posterior que va haciendo de dicho concepto; y aunque la definición apegada a la etimología implique la noción de instinto, Freud la contrapone con la palabra Instik para señalizar la diferencias existentes entre ellas, considerando que: los estímulos pulsionales, no provienen del mundo exterior, sino del interior del propio organismo, la pulsión actúa como una fuerza constante y por tanto no hay acción motora que valga para sustraerse a estos estímulos.
“Pulsional sería aquello que, de los stimuli que vienen del interior del cuerpo, se propaga a través del aparato del alma hasta la elaboración de una representación psíquica. La pulsión misma es, por un lado, un representante; por otro lado, es a su vez representada (en el sentido político) por el afecto y la representación, dando lugar a una «representación» (esta vez en el sentido escénico), es decir una elaboración psíquica”
Como se mencionó más arriba, el componente de la “cosa sexual” no es abandonado completamente por Freud, y como se ha visto, el recorrido del pensamiento y la conceptualización de la teoría pasa de lo meramente anatómico y fisiológico a lo biológico entendido como unidad mente psique, del mismo modo se recorre el camino en torno a la sexualidad que no es ya entendida como genitalidad (anatomía) si no como fuerza (psíquica), tal y como la noción de pulsión lo acota y anuda.
“Toda la explicación metapsicológica es, de entrada, la de los procesos pulsionales…La pulsión –especialmente sexual- es así la fuerza motriz, pero también el nudo económico-dinámico de la psique. Pero el concepto de fondo es también «concepto límite» entre psique y soma. Por ende, la metapsicología no es una simple psicología de los procesos psíquicos, sino una investigación de los procesos limítrofes entre «alma» y «cuerpo»”

De esta manera, Freud la dota de características propias que serán, el esfuerzo, la meta, el objeto y la fuente.
Como distinción fundamental y de acuerdo a las características de la pulsión, la sexual en específico, queda la imposibilidad de una total satisfacción, lo que permite dar paso a una búsqueda continuada, de un objeto –que más bien es una construcción dada por una experiencia inaugural en la vida psíquica- lo que a su vez se refleja en el quehacer humano, en el desarrollo del pensamiento y en todos esos actos de la llamada civilización.
Así como el refrán que reza “por sus actos los conoceréis”, la pulsión y el inconsciente se sujetan a dicho enunciado; de la pulsión se sabrán sus destinos, gobernados por la dinámica placer-displacer que permite su relación con el objeto y que implica el sometimiento de las mociones pulsionales a las influencias de las “polaridades de la vida anímica” según dice Freud: sujeto –objeto, (el mundo real); placer – displacer (factor económico); y actividad- pasividad.
No es el caso hacer un análisis detallado de los destinos pulsionales en este trabajo, ni desbrozar los conceptos aparejados a esta, si, como se ha venido explicitando, la pulsión es la categoría que viene a anudar y dar cohesión a la construcción de la metapsicología; emprender tal tarea sería detenerse en cada puntualización acerca de la teoría. Es en si misma la pulsión un concepto problemático por los enlaces que va formando con el resto del desarrollo metapsicológico, de la misma manera en que opera como engarce entre el cuerpo y el soma, o como entre filosofía y psicoanálisis.
“La noción de pulsión tendrá efectos en cascada sobre el resto de los conceptos psicoanalíticos, puesto que alrededor de las pulsiones operan las revisiones más importantes, tanto en el seno de la obra freudiana misma como en el movimiento psicoanalítico que ha heredado. La idea general de pulsión había hecho su entrada en la lengua alemana, luego en la literatura y en el pensamiento filosófico, mucho antes de que Freud comenzara a utilizarla en 1905”
Ese es otro argumento utilizado por los detractores del psicoanálisis en el sentido de que los conceptos retomados por Freud han sido trabajados con anterioridad; no obstante, son retomados bajo la lupa del psicoanálisis en general y de la metapsicología en particular, reconfigurados, no a modo pero si con una nueva visión y dándole otro tratamiento, que tiene que ver con acercarse al objetivo de desvelar los secretos del alma y dar cuenta de las pasiones que en esta viven.

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